No me he vuelto loco,
escribo exactamente lo que pienso. Es cierto que dije que debíamos mantener la
calma, pero esta Sociedad Deportiva Eibar
enamora y va muy en serio. Parece que el equipo no tiene techo. (Perdonadme
mi derroche de optimismo, estoy exultante). Hace unas horas, en el campo del hasta
entonces líder Recreativo de Huelva, los armeros han vuelto a obrar otra proeza
y ya son muchas para la colección. Que el ritmo no pare.
Sin embargo, lo mejor
es que, además de cosechar buenos resultados, los hombres de Gaizka Garitano
están cuajando brillantes actuaciones que ya empiezan incluso a dejar de
sorprender. Todos los integrantes de la
plantilla azulgrana se sienten útiles y el buen ambiente reina en cada uno de
sus entrenamientos o partidos. Esto es muy importante dentro de un deporte
colectivo en el que las sensaciones tienen bastante que ver. O eso dicen por lo
menos los que creen entender del tema.
Al consultar la
clasificación de Segunda División, puede resultar extraño ver a un recién
ascendido tan arriba. Pues si las cosas continúan así vayan acostumbrándose. Aunque
haya gente que no quiera que estemos ahí, (no miro ni señalo a nadie) nos da lo
mismo, nosotros seguimos a lo nuestro. Y aviso:
no tenemos miedo a las alturas. ¡Somos de Eibar la hostia! soltaría
alguno.
Podrían
tacharme de oportunista si es la primera vez que me leen. No obstante, los que
me conocen saben perfectamente que siempre estaré orgulloso pase lo que pase. A
pesar de que es fácil ponerlo en este momento, juro que mis palabras rebosan
sinceridad (igual que euforia, eso sí controlada).
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