Los próximos cinco meses resultarán claves para
determinar cuál será el futuro de la SD Eibar. Aunque siempre ha sido una
entidad económicamente solvente, está obligada a aumentar su patrimonio en
1.724.272,95 euros. Si no reúne esa cantidad antes del 6 de agosto, perderá el
lugar que ocupa dentro del fútbol de élite. Un caso que muchos no pueden
entender, pero amparado por el Real Decreto 1251/1999 sobre Sociedades Anónimas
Deportivas.
Al igual que la inmensa mayoría de los clubes
españoles, el Eibar tuvo que convertirse en SAD y lo hizo hace 22 años con un
capital valorado en 422.253 euros, el más bajo en ese panorama balompédico
nacional salpicado por la corrupción y el favoritismo hacia algunos. Aun así,
era uno de los equipos que más tiempo llevaba disputando la Segunda División.
Sin embargo, su último descenso, en la campaña 2008/09,
suponía un cambio radical en el marco legal si transcurrían más de dos años
hasta que recuperara la categoría. Ahí empieza el gran contratiempo ya que, ante
esta tesitura, tiene que conseguir el montante equivalente al 25% de la media
de desembolso presupuestario del resto de sus rivales, exceptuando el mayor y
el menor. Es decir, una cantidad desproporcionada y condicionada por las
ingentes deudas que acumulan sus homólogos. De ahí que mucha gente piense que
lo que le sucede no resulta muy justo. Por tanto, se trata de un asunto
realmente controvertido.
Colaboración
necesaria
Entre la masa social armera el malestar ante este
tema es evidente. No sólo la ciudad, sino también gran parte del mundo del
deporte se pregunta por qué a un conjunto ejemplar en su gestión se le impone realizar
una ampliación de bienes tan grande como ilógica.
Con 21 años recién cumplidos, Edurne Arizaga lleva
más de media vida siendo socia del Eibar y sus palabras son fiel reflejo del
sentir de los aficionados: “Lo que no entiendo es que no ocurra nada con los
demás clubes que tienen deudas multimillonarias, a esos no se les impone
ninguna sanción. Me parece una vergüenza”. Asimismo, la joven estaría dispuesta
a hacer casi de todo con tal de ayudar: “Por supuesto que aportaría mi granito
de arena, pero sólo los socios no lo podemos lograr”.
“Si la gente
se queda en casa pensando que los del Consejo de Administración solucionarán
todo nos van a descender”. Así de claro y conciso compareció el presidente del
Eibar Álex Aranzábal ante numerosos medios locales para explicar la delicada
situación que debe afrontar el club guipuzcoano.
El máximo mandatario azulgrana hizo un llamamiento
al pueblo intentando concienciarle acerca de la magnitud del reto e incitándole
a cooperar. A pesar de que se mostraba visiblemente preocupado, durante su
intervención, trató de enviar un mensaje de optimismo. Al mismo tiempo, destacó
la importancia que conlleva la implicación de todos los órganos cercanos, sean
públicos o privados.
Los
jugadores, a lo suyo
La gran temporada que viene completando el Eibar no
pasa inadvertida y puede resultar de gran ayuda para darle más presencia en los
grandes medios. Una vez asegurado su principal objetivo, permanecer como poco
donde está ahora, es el momento de empezar a pensar en alcanzar cotas mayores.
Dentro del vestuario reinan la normalidad y el buen
ambiente. Se ha formado un bloque unido que lo demuestra cada semana. Manuel
Castellano Castro “Lillo” fue uno de los últimos en unirse al grupo, aunque ha
tardado poco en ganarse los elogios del público eibarrés. Cuestionado acerca de
esta cuestión extradeportiva, el lateral derecho alicantino no titubea:
“Tenemos que estar aislados y seguir partido a partido”. Además, confía en
ascender a primera, si bien sigue mostrándose prudente: “Hay que ser realista y
saber que queda mucho, pero estamos ahí y por qué no soñar”.
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